Internacional
El accidente nuclear de Marcoule reaviva el debate en Francia
El análisis de la explosión de un horno eléctrico, seguida de un incendio, que causó la muerte de un trabajador, hiriendo de cierta gravedad a otros tres el lunes, en el Centre núcleaire de traitement et de conditionnement (Centraco) de Marcoule (en el sureste de Francia), se ha convertido en una nueva batalla campal entre partidarios y adversarios de la energía nuclear.
Para los franceses que apoyan la energía atómica, minoritarios en la sociedad y la vida política, el accidente de Marcoule es una advertencia «grave», que presentan en términos que rozan lo «apocalíptico». Los analistas del Observatoire du nucléaire (ODN) afirman: «Los sitios nucleares gigantes (Marcoule, Cadarache, Tricastin, La Hague, etcétera) son susceptibles de precipitar catástrofes con un temible efecto dominó. El accidente ocurrido en Marcoule vuelve a recordarnos que Europa entera vive bajo la amenaza de una espada de Damocles, víctima de la industria nuclear francesa».
Menos dramáticas se mostraron Martine Aubry, primera secretaria del PS, candidata al liderazgo socialista, y Marine Le Pen, candidata presidencial de la extrema derecha. Ambas coinciden en pedir una «transparencia total», afirmando que se comprometen a iniciar el abandono de la energía nuclear si llegan a la presidencia de la República, algo nada fácil para ninguna de las dos. Por su parte, los partidarios de la energía nuclear, muy mayoritarios en la clase política y las instituciones científicas, denuncian la «desinformación» y «las falsedades masivas».
«Accidente industrial»
Socodei, la empresa que controla Centraco, considera falsas la gran mayoría de informaciones y suposiciones publicadas como tales, presentando su propia versión del accidente «industrial nuclear», en estos términos: «Nosotros solo tratamos los restos y basuras metálicas y textiles (combinaciones, guantes) utilizados en las centrales nucleares propiamente dichas. No tratamos nunca, en ningún caso, residuos radiactivos, que son tratados en sitios que tienen otro nivel de control, como La Hague. La presentación periodística que se ha hecho del caso de Centraco es totalmente falsa: hemos sufrido un accidente industrial, y no un accidente nuclear».
Por su parte, el Institut de radioprotection et de sûreté nucléaire (IRSN) publicó ayer sus primeros análisis científicos, que concluyen de este modo: «No hay restos ni huellas de radiactividad». En esa misma línea, la Aurorité de sûreté nucléaire (ASN) y el Commissariat à l'éneergie atomique (CAA) descartaron «completamente» cualquier riesgo de contaminación.
Queda en suspenso, sin embargo, la seguridad general de Centraco, el centro de tratamiento de residuos radioactivos donde se produjo el accidente, creado en 1999. La muy oficial ASN ha denunciado en dieciocho ocasiones las «lagunas» del centro en materia de seguridad.
Saludos
Rodrigo González Fernández
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