«Es necesario ser más eficiente, asumir el precio real de la energía y desarrollar un marco regulatorio adecuado para avanzar en la integración y competitividad de las energías renovables». Este es el mensaje que el máximo responsable de la eléctrica alemana en España transmite en esta entrevista con Empresa en la que también alerta sobre las grandes tensiones que sufre el sector energético en toda Europa.
—La crisis económica no ha dejado a nadie indiferente ¿cómo la está sorteando una empresa como E.ON?
—En situaciones difíciles como la que está atravesando Europa en los últimos años, las medidas que se deben adoptar van dirigidas al control de los costes y al aumento de la eficiencia operativa. En E.ON España hemos intentado adaptar todos los recursos a la complicada situación económica basándonos en las dos premisas anteriores. En cualquier caso es indiscutible que en un sector tan regulado, donde las empresas no disponemos de mecanismos para incrementar los ingresos, nuestra adaptación tiene que hacerse ineludiblemente por el lado de los costes.
—¿Es España un buen sitio para invertir? La británica Centrica vendió recientemente su negocio en España.
—La decisión de invertir o no depende de las expectativas que se tengan respecto al retorno de la inversión y el riesgo que se está dispuesto a asumir. Todos los países están atravesando circunstancias muy difíciles y España no es una excepción. En E.ON España continuamos con los planes de inversión que iniciamos hace dos años con proyectos importantes de construcción y reconversión de centrales y modernización de nuestra red.
—Hábleme de las inversiones realizadas y previstas en nuestro país.
—Desde 2008 hemos invertido en España alrededor de 4.300 millones de euros. Además y tal y como recoge nuestro nuevo enfoque estratégico presentado recientemente, la energía renovable es uno de los principales focos de atención: participamos activamente en concursos eólicos como los que se están llevando a cabo en Cantabria, o Aragón y estamos desarrollando dos proyectos de construcción de plantas termosolares con un socio español con inversiones que alcanzarán aproximadamente los 500 millones.
—La economía europea está sometida a grandes tensiones, el sector energético incluido.
—Efectivamente, el sector energético está sometido a grandes tensiones. La demanda de gas ha disminuido a niveles anteriores a los de la crisis y los precios de la energía han caído significativamente, por lo que los márgenes del negocio de generación han disminuido. Esta situación es la que está viviendo el mercado europeo. Las soluciones pasan por llegar a acuerdos entre todos los agentes implicados.
—¿Cuál es su opinión sobre la polémica creada en España con el decreto que obliga a las eléctricas a quemar carbón nacional hasta 2014?
—La posición de E.ON es de apoyo a los planes del Gobierno que han sido aprobados por Bruselas porque las ayudas que se han planteado son fundamentales para el funcionamiento de un sector estratégico, de una tecnología básica para la seguridad de suministro. Y Europa no debería prescindir de ninguna de las tecnologías de generación eléctrica. Somos deficitarios en recursos propios y tremendamente dependientes del gas y el petróleo.
—La industria del carbón está en el ojo del huracán por considerarse una de las más contaminantes del mundo.
—Se pueden utilizar todas las tecnologías y mejorar también el medioambiente.
—¿Comparte la estrategia del Gobierno de ir cerrando las centrales nucleares más antiguas y reducir el peso de esta energía en el mix?
—Como comentaba anteriormente, creemos que todas las tecnologías son necesarias y tener un mix equilibrado es fundamental. No podemos prescindir de ninguna de ellas, tampoco de la energía nuclear. Cerrar centrales nucleares cuando cumplen todas las normas de seguridad y se encuentran en perfecto estado, obligaría a utilizar energía más cara en su reemplazo y posiblemente con un impacto importante en las emisiones de CO2. España tiene que definir el modelo energético más conveniente para el país, que dé la estabilidad suficiente para acometer las inversiones necesarias y para mantener la seguridad de suministro.
—¿El déficit de tarifa tiene una solución a corto plazo que no pase por el bolsillo de los consumidores?
—El déficit de tarifa es un problema que no se ha generado en un año y, por tanto, tampoco se va a solucionar en el mismo espacio de tiempo. Sin embargo, cada vez se hace más necesario que se den los primeros pasos para su solución. La energía que hoy consumimos no se paga a su coste real. Su precio se encuentra tremendamente alterado y genera en los consumidores una falsa creencia de que el coste de la electricidad es más barato de lo que realmente es. Además del problema económico que el déficit está creando sobre las empresas que lo financiamos, también se generan dos problemas muy importantes: Por un lado, la existencia de tarifas subsidiadas no fomenta el ahorro energético y el consumo es mayor de lo que sería si el cliente pagara el coste real de la energía. Por otro lado, este exceso de consumo se suple con combustibles fósiles, principalmente carbón y gas, que son importados, lo que descompensa aún más la balanza de pagos española.
—El mercado español de la energía está liberalizado, pero los nuevos actores, como E.ON, no consiguen ganar significativas cuotas de mercado.
—Nosotros, a diferencia de otros nuevos entrantes, que participan únicamente en la comercialización de energía, tenemos un peso equilibrado en los negocios de generación, suministro y distribución y aportamos nuevas tecnologías como las «smart grids» o los coches eléctricos al sistema. Somos un agente de referencia en el sector español, al que aportamos innovación y donde cada día tenemos una presencia más significativa en las distintas áreas en las que operamos. En estos momentos E.ON es el cuarto operador del mercado eléctrico español y hemos duplicado nuestra cuota de mercado en los últimos dos años y aportamos al sistema el 10% de la generación térmica. Consolidarse en una posición de relevancia en el mercado requiere algo más que hacer grandes adquisiciones. E.ON en España es hoy mucho mayor de lo que era cuando llegó al mercado español.
—¿Con qué activos cuenta la empresa en España?
—Incorporamos dos centrales que han añadido 1000 MW a nuestra cartera de generación (los Barrios y Tarragona). Hemos puesto en funcionamiento el ciclo combinado de Escatrón de 800 MW y próximamente pondremos en marcha el ciclo combinado de Algeciras con otros 800 MW.
—¿Y en el área eólica y termosolar?
—Los planes de desarrollo en el área eólica y en la termosolar nos llevarán a tener alrededor de 500 MW de capacidad instalada en energía renovable. Por lo tanto, tendremos más de 4.500 MW instalados en España que es aproximadamente el doble de la capacidad que teníamos hace dos años.
—¿Es partidario de que siga existiendo una tarifa oficial de la luz y del gas?
—Somos partidarios de que no haya tarifas, sino precios libres. En el mercado energético hay suficientes agentes como para que los precios se oferten sin abusar de posiciones de dominio. Se puede y se debe ser valiente y afrontar mecanismos de liberalización. Las tarifas actuales están subvencionadas y, mientras existan dichas ayudas, será muy difícil competir con ellas en un entorno liberalizado. En un mercado de precios libres donde se dé la adecuada competencia entre los agentes, los clientes deben salir beneficiados, como ha ocurrido en otros sectores.
—¿No cree que los consumidores se benefician muy poco de la liberalización de la energía en España ya que prácticamente no existen diferencias entre los precios que ofrecen unos y otros?
—Si uno va a una panadería a comprar una barra de pan tradicional, es probable que el precio sea muy similar al de la panadería de enfrente para el mismo producto. La competencia provoca que los precios se aproximen al mínimo posible y por eso los precios son tan semejantes. Sin embargo si uno pide una barra hecha en un horno de leña, de semillas o hecha sólo con productos orgánicos, encontrará diversidad de ofertas tal y como sucede en el sector eléctrico cuando se ofrece energía 100% renovable o servicios de valor añadido.
—¿Tiene cuenta la energía renovable con el alto coste de las primas?
—La energía renovable ha penetrado a un ritmo muy elevado anualmente por lo que para algunas tecnologías se hace necesario rediseñar el esquema de incentivos y plazos. En E.ON creemos en las energías renovables, pero con un crecimiento viable. Indudablemente en los últimos años hemos apostado por la sostenibilidad. Ahora el reto de nuestro sistema es la competitividad, que se puede gestionar sin dejar de promover estas tecnologías de una manera moderada. España debe decidir cuál es el modelo energético que quiere seguir, el que se ajuste mejor a su realidad, y encontrar un punto de encuentro con los agentes involucrados.
—E.ON es una potencia en gas en Europa. ¿Tiene planes para ampliar su presencia en el mercado español?
—Quizás sea una de nuestras actividades menos conocidas pero estamos presentes en el mercado español del gas desde hace ya algún tiempo. E.ON es una potencia en Europa en el mundo del gas y ello nos facilita mucho operar en toda la cadena logística, desde el aprovisionamiento y la llegada del barco y su conexión a la planta regasificadora hasta su consumo por nuestros clientes industriales o nuestros ciclos combinados de generación. El pasado mes de junio participamos en las subastas de gas que realizó el Ministerio de Industria para el suministro de la operación de los transportistas, donde nos adjudicamos el 45% de la cantidad ofertada, por delante de otros competidores. Además suministramos el gas para el 14% de la energía generada por los ciclos combinados en España y según la CNE durante el año 2009 suministramos el 3,2% de las ventas finales a clientes.