Lobby nuclear SARA LARRAÍN La ministra Poniachik ha reiterado públicamente que el gobierno de la Presidenta Bachelet no incluirá la opción nuclear en su política energética, y que la política de seguridad energética excluye la núcleo-electricidad. Sin embargo, el lobby nuclear de personeros de la Concertación continúa y ahora suma al gremio de la construcción y a las consultoras de energía. La acción coordinada de estos tres actores recuerda a la opinión pública el bloque que tradicionalmente apoyó la opción nuclear en varios países y que hoy se organiza en función del lobby nuclear, que particularmente desarrolla Francia en nuestro país. El caso del gremio de la construcción es evidente, es el que se beneficia directamente de la pesada infraestructura que implica la energía nuclear. El caso de Sebastián Bernstein es claro, pues fue el director de la CNE durante el gobierno de Pinochet, quien encargó a la consultora Electrowatt estudiar una central nuclear, y ahora nos dice que en 2020 será necesario construirla. Las razones de los países nucleares son muchas: prácticamente no tienen contratos para nuevas centrales, pues la población rechaza esta tecnología por sus riesgos y sus desechos, y deben desmantelar las centrales que ya están cumpliendo 20 ó 30 años de vida útil, lo que es casi tan caro como construir una nueva central. Esta situación los tiene en bancarrota. Su objetivo declarado es presionar políticamente para extender la vida útil de las plantas, por un lado, y promocionarse como "la solución limpia" frente al cambio climático, porque emiten menos dióxido de carbono que el carbón y el petróleo. Así pretenden ocultar los peligrosos materiales radiotóxicos con que opera la tecnología nuclear. Simultáneamente, Francia, además de elecciones presidenciales, enfrenta problemas nacionales y regionales debido a su persistencia por esta opción. El año pasado las encuestas evidenciaban que los franceses quieren alejarse de la energía nuclear y priorizar un desarrollo energético en base a las energías renovables, tal como lo han hecho España, Alemania y Portugal. La encuesta del prestigiado Instituto BVA, publicada en el diario "Liberación", mostró que 54% de los galos rechazan continuar atados a la energía nuclear y opinan que no se debe gastar tres mil millones de euros en una nueva central nuclear ni continuar atados a una industria nociva y con déficit financiero; el 84% de ellos insta al gobierno a optar por las energías renovables; el 77% respalda políticas de eficiencia energética. Por otro lado, Francia aparece aislada en el bloque de la Unión Europea (UE) por insistir en la opción nuclear para enfrentar el calentamiento global. El jueves pasado, la canciller alemana, Angela Merkel, triunfó al lograr que los 27 países de la UE aprobaran el compromiso obligatorio de concretar 20% de energías renovables no convencionales para el año 2020, a efecto de enfrentar el cambio climático. Esto constituye un triunfo de los países promotores de las energías limpias y una esperanza para un nuevo paradigma energético postpetróleo. También muestra el fracaso de Francia, pues la UE aceptó desarrollar discusiones sobre dicha opción incluyendo sólo los aspectos de seguridad tecnológica y geopolítica. Europa no olvida los impactos de Chernobyl, la guerra de Irak ni los conflictos geopolíticos en Irán, todos cerca de sus fronteras. Es motivo de satisfacción que la Presidenta Bachelet haya descartado la opción nuclear en su Política de Seguridad Energética, y que se haya propuesto que 15% de la nueva generación entre 2006 y 2010 sea en base a energías renovables. Pero es lamentable ver que lobbistas y grupos corporativos insistan en desviar fondos públicos para el desarrollo nuclear. La tecnología de fisión no resolvió los temas de seguridad ni de los desechos. Por ello se tornó socialmente obsoleta, y la industria nuclear está en bancarrota. Chile debe ser coherente con su potencial de recursos renovables y con la tendencia mundial. Esto es mantener las prioridades de la Política de Seguridad Energética: diversificar la matriz en base a GNL para suplir el desabastecimiento de gas; desarrollar las energías renovables no convencionales; y separar el consumo de energía y el crecimiento del PIB con políticas de eficiencia energética. |
Posteado por El Mercurio a las Marzo 13, 2007 08:01 AM | Comentarios (0) |
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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